lunes, 23 de enero de 2017

Adiós Jesús

Hace unos días un infarto se lo llevó por delante… Con él se fue una excelente persona y un magnífico profesional de la radio…



Conocí a Jesús Infante y a Juan Carlos Vera en el verano de 1997, al comienzo de mi etapa en Radio Club Tenerife, Cadena SER, con el inicio de la tercera temporada de “Objetivo: La Luna”. Con ellos en la realización tuve el privilegio de compartir las siguientes once temporadas, hasta el verano de 2008…Pues bien, estoy seguro que, sin la participación de Jesús y de Juan Carlos, el resultado del programa, lo que cada domingo por la mañana ofrecíamos a la audiencia, no hubiera sido lo mismo…

Aquella pareja de realizadores, con una extraordinaria relación de amistad entre ellos que, me consta, se mantuvo hasta el final, rápidamente captaría la esencia del programa y, juntos, formaríamos un equipo ilusionado capaz de transmitir sensaciones y de compartir con la audiencia nuestra pasión por las cosas bellas, envueltas en el aroma irresistible de la aventura…

“Objetivo: La Luna” siempre me ha sugerido la comparación con la nave Argos, la mítica embarcación que utilizara Jasón para buscar el Vellocino de Oro… Ambas fueron extraordinarias empresas, con resultado incierto, en pos de un gran objetivo, oculto en el mundo de los sueños y al que tan solo se puede llegar siguiendo el mapa de la imaginación… Como un buen argonauta, Jesús ocupó su lugar en la nave radiofónica que fue “Objetivo: La Luna” y con su profesionalidad y sensibilidad, desde la cabina de realización, siempre supo transformar el guión escrito en sonidos maravillosos, dando ese punto de calidad que solo aquellos que aman lo que hacen, son capaces de aportar…

Porque si algo destiló Jesús Infante fue su amor por la radio, prolongación de su gran categoría humana y de su capacidad de ilusionarse con la realización del trabajo bien hecho… Once años es tiempo suficiente para conocer a una persona y, aunque Jesús no hubiera estado de acuerdo con ello, me hubiera gustado hacer un programa más de “Objetivo: La Luna” en el que, además de homenajearle, haberle despedido como él se hubiera merecido… Habría sido algo así como si la nave Argos se lanzase a una nueva travesía para despedir a uno de sus argonautas más insignes…

¡Hasta siempre Jesús!... Descansa en paz…

                                                                                               Ángel Alonso

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